Siguiente ronda

Wolverine

Super Mod
Oct 28, 2005
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-46.3
Les dejo algo que escribí hace poco, espero les guste :zippy

Siguiente ronda

Fue demasiado el tiempo que caminamos por el filo de la navaja. Jugueteamos sin atrevernos a cruzar el límite y cuando lo hicimos fue demasiado tarde. Supongo que ahora es fácil verlo, todos somos generales después de la guerra, pero no lo hace más fácil de aceptar.

Pienso y pienso y no puedo acordarme de haberme enamorado nunca antes de conocerte, no hay ninguna mujer que haya dejado en mí tan sólo un recuerdo memorable. Aunque, para ser franco, tampoco en ese tiempo buscaba a alguien especial, eran otras cosas las que me quitaban el tiempo. Un día mío cualquiera partía a las siete de la mañana, a las ocho estaba entrando en la corredora para preparar las órdenes del día y a las nueve se abría la bolsa y empezaban las transacciones. El estrés y la adrenalina que genera este trabajo hacen que uno se olvide de la hora, sin almuerzo llegaba hasta las seis de la tarde, cuando recién me acordaba de mi cuerpo y me desconectaba de la consola, la cual me informaba de los movimientos del mercado. El típico panorama posterior consistía en ir a comer algo con los “amigos” (los nombro entre comillas por razones obvias), comidas en las que abundaba el trago y la conversación aburrida. El tema principal pasaba siempre por la ostentación de las comisiones obtenidas durante el día. Mis compañeros de trabajo llegaban a tener verdaderos orgasmos financieros al rememorar las “hazañas” realizadas (nuevamente las comillas obvias), que llegaban al paroxismo cuando habían tenido una venta de los peces gordos del mercado local. Mi atención decaía bastante después de la comida, que era cuando me llegaba el bajón de toda la adrenalina del día. Rápidamente me iba, para encontrar a mi dealer favorito e irme a casa, la primera jalada era también la primera cosa interesante que me pasaba en todo el día, la sensación me recordaba por fin que estaba vivo. Era mejor aun cuando me acompañaba alguna de las putas de turno, aunque casi nunca teníamos sexo, me gustaba más que me masturbara mientras ambos le dábamos a la coca y miraba porno. El fin de semana consistía más o menos en lo mismo, sólo que el trabajo diario se reemplazaba por acompañar a la polola de turno a una sesión de compra de la ropa de turno en el mall de turno. La noche pasaba en uno de esos clubs con música estridente, la cual al menos te liberaba de la obligación de conversar con el resto de la gente.

Fue en uno de esos clubs donde te vi por primera vez, habían fácil veinte metros de multitud entre nosotros pero te las arreglaste para destacar entre todo ese basural. Me parece que fue sólo hace un rato cuando el mundo bajó sus revoluciones, cuando todo se volvió en cámara lenta mientras te movías graciosamente entre la gente. Pero no fue hasta cuando te volviste hacia mí (¡y me sonreíste!) que me di cuenta que había algo especial entre nosotros, algo nos enlazaba e iba más allá de este mundo. Fue una eternidad la que pasó mientras nos mirábamos fijamente. No sé cómo, pero me las arreglé, a pesar de la música, para hablarte esa noche y conseguir tu teléfono. Empezamos a vernos, pero tú estabas con ese imbécil todavía, la barrera de la amistad se interponía entre nosotros. Hasta el día de hoy, estoy seguro, que tú también intuías algo. Siempre había algo más cuando me mirabas, esa sensación de deja vu permanente nunca nos abandonaba.

Dejamos pasar demasiado tiempo – ¡por la mierda! – fue mucho el tiempo que me anduve con huevadas. Lamentablemente nunca me he caracterizado por ser valiente.

En ese año completo cambié por ti, dejé la coca y todas esas superficialidades, la vida para mí por fin tenía un objetivo, algo le daba sentido. Ese mundo gris, en el que vivía antes de conocerte, me parecía cada vez más difuso.

Tuvo que pasar un año, dos meses y diez días. Era una tarde en pleno invierno cuando me llamaste, habías terminado por fin con el idiota y necesitabas alguien con quien conversar. Dejé botada la pega y corrí a buscarte. Nos juntamos en ese café cerca de la oficina, pero necesitábamos más intimidad, por lo que nos fuimos caminando lentamente bajo la lluvia, hasta que llegamos al parque. Nos refugiamos debajo de tu paraguas mientras oscurecía y me contabas tus penas, yo hacía como que te escuchaba, pero en realidad buscaba el momento perfecto para besarte. Recuerdo claramente la sensación de miedo que me embargó cuando te quedaste en silencio, mirándome fijamente, supe de inmediato que era el momento, que por fin había llegado, cerré los ojos y nos fundimos en un beso tierno, como una pareja que lleva años juntos. Pero no estaba preparado para lo que pasó – ¡oh Dios mío! – nadie puede estar preparado para eso. Fue como un shock eléctrico al corazón, como si me clavaran cientos de agujas en la piel, mientras miles de imágenes se colaban en mi mente, como si me hubieran conectado directamente una fibra óptica al cerebro. Te vi en tu lecho de muerte, en el siglo XIV, mientras te morías de la peste negra y yo lloraba junto a ti. Me vi a mí mismo piloteando un bombardero inglés de la segunda guerra mundial, con una foto tuya pegada en los instrumentos del avión. Nos vi a ambos enfrentándonos a tiros con un comando de la DINA. Estoy seguro que fueron más cosas, ¡muchas más!, siempre nosotros, siempre encontrándonos.

Nos separamos sin saber qué hacer. Me mirabas con una mezcla de amor profundo, eterno pero a la vez con temor, con odio, con pena, ¡con tantas emociones mezcladas!

¡Tú! –balbuceaste mientras te tocabas el labio con el índice– ¿Cómo puede ser posible?.

Me dijiste algo más, que necesitabas pensar, que nos juntáramos al día siguiente, pero yo estaba demasiado consternado para responderte.

Esa fue la última vez que te vi.

Luego supe que el bus te atropelló mientras caminabas a tu casa, supongo que aún estabas impactada por lo que descubrimos, a mí también estuvieron a punto de atropellarme varias veces ese día.

No me costó mucho decidir qué hacer, estoy seguro que si nos encontramos una vez lo volveremos a hacer en el futuro, es cosa del destino. Una sobredosis me parece lo más adecuado, rápido y sin dolor, como dije, nunca me he caracterizado por ser valiente.
 

Kazanov

Usuario de Frog
Jul 3, 2005
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171.0
El personaje es tan omega que puede ser froguero :noppy

Está pasable, no es el estilo que me gusta, pero leería algo más largo con tu estilo si no fuera un tema tan fome como la vida de un robocs :risas
 

zaDic

PhotoBlubbler Master
Mayo 13, 2006
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-3.5
Pero que es esto !!! Final qliao ñe

Incoherencias y faltas de ortografía, son responsabilidad del corrector ortográfico. Gracias por su comprensión
 

ricardo007

Jugoso
Sep 9, 2005
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Partió como relato de Fuguet y terminó como libro de Baradit :zippy

A mi la idea me gustó dentro de todo, el final es demasiado :zippy eso sí...
 

Keenan

Usuario de Frog
Dic 30, 2005
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Es hermoso, lejos lo mejor que he leído en años, impecable.

Cuando abre tu tienda?
 
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